Hace más de dos siglos El Gral. José de San Martín eligió Las Heras para emprender la mayor epopeya emancipadora de la historia. Hazaña fidedigna que exigió trabajo en equipo, capacidad organizativa y amplia convocatoria de actores de diferentes países para lograr el objetivo proyectado. Fue una gran proeza colectiva que buscaba modificar el estatus quo institucional plasmado por el virreinato.
Valorizar esa tarea, en esencia, refleja que el departamento Las Heras tiene en su génesis histórico la idea de cambio. Nuestra tierra y sus habitantes son precursores de cambios. En particular, desde mi óptica, debemos desarrollar y motorizar la memoria colectiva de nuestro pueblo para afrontar nuevos y modernos desafíos.
Salvando las distancias. Hoy la historia nos vuelve a convocar a una nueva proeza, el necesario cambio cultural positivo que necesitan los habitantes de nuestro departamento. Para esa tarea he conformado un equipo heterogéneo de profesionales con quienes hemos elaborado un plan progresivo de trabajo, basado en valores y principios ciudadano.
Para tal objetivo, debemos dejar de lado paradigmas arcaicos y ejemplos de liderazgos populistas, anteponiendo intereses personales sobre los colectivos, que derivan en irresponsabilidades y defecciones recurrentes. Fiel reflejo de lo expuesto es el Frente La Unión Mendocina, donde converge un amontonamiento de dirigentes que inevitablemente transporta al fracaso institucional de la gestión gubernamental, pero lo más grave, es que incentiva la frustración cultural de nuestra sociedad e inexcusablemente esos patrones de conducta no debemos naturalizar bajo ninguna circunstancia. Sino miremos la situación caótica en Las Heras, donde la mayor autoridad política e institucional del departamento, que debería resguardar comportamientos, coherencia y valores como modelo hacía sus conciudadanos, desvirtuó completamente el mandato popular.
Debemos retomar la senda de organización, seriedad y trabajo en equipo, como Cambia Mendoza lo hizo en el periodo 2015-2020 en Las Heras. Dando preponderancia al mayor desafío que puede detentar un gobierno. El cambio cultural positivo de su comunidad.
Al presente, la necesidad más trascendente de las sociedades contemporáneas, contempla el fortalecimiento de la Identidad Cultural Local y allí se orienta primordialmente mi propuesta electoral.
La política cultural tiene que establecer una dialéctica triangular (gobierno local, ciudadanía y agentes sociales) que contemple un modelo de intervención que oriente respeto y valores a la convivencia en una sociedad plural. Planteamos la cultura desde la estructuración social, comprendiendo que en nuestros barrios, la multiculturalidad es un hecho real, que debe ser enfocada a la coexistencia de compartir en comunidad. Así, la cultura es la herramienta principal de agente de cambio, generadora de conocimientos, pluralidad, diversidad, referencia de identidad y potenciador de capital inteligente que se vierte al conjunto de la sociedad.
En ese contexto, la cultura se convierte en el eje fundamental para la estructura y organización de una nueva ciudad. La ciudad como espacio de encuentro, identidad, educación y socialización.
Entonces, valorar y re-significar el legado del General San Martín declama nuevos compromisos con la sociedad, sobre la base de la Libertad y los laureles que supimos conseguir, hoy debemos emprender el camino para mejorar la calidad de vida de nuestros vecinos con obras y servicios, sobre la base de valores compartidos en comunidad. De nada sirve una gran obra pública, si luego es vandalizada por sus habitantes. De qué sirve mejorar un centro de jubilados, si no respetamos a nuestros mayores. Tenemos la responsabilidad de mejorar como buenas y meritorias personas en sociedad, el cambio cultural es indispensable y debemos empezar ahora. Los valores, el respeto, la palabra empeñada, el compromiso, habitaba intrínsecamente en los héroes de la gesta sanmartiniana, ese es nuestro horizonte, a ello deseo convocarlos, tenemos loables ejemplos a seguir, la historia lo demanda, nuestro terruño lo amerita, es hora de comenzar.
